miércoles, 6 de febrero de 2013

Y después de trabajar, a ganar dinero

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Ya lo comentaba en mi anterior post. A día de hoy existen muchísimas opciones de ganar dinero realizando diferentes actividades, pero lamentablemente ninguna de ellas nos da un sueldo realmente bueno para vivir desahogadamente. Tras los continuos recortes en la administración pública y en el sector privado (por no hablar de los despidos o no renovaciones de contrato), hay muchísima gente que ha tenido que cambiar su ritmo de vida. Personas que tenían sueldos superiores a los 1.500 euros netos mensuales ven ahora como les han quitado alguna paga extra o le han reducido el suelo hasta en un 35%.


¿Qué hacer ante esta situación en la que nos encontramos? La que moralmente deberíamos tomar es echarnos a la calle todos los afectados y clamar por una administración justa que realmente vele por los intereses de los ciudadanos a los que representan, y que el dinero vuelva a tomar el cauce que debe tomar, dando posibilidad a autónomos y pymes de acceder a préstamos y créditos a la vez que se les reducen los gastos mensuales (excesivos) y hacer que fluya el dinero aumentando el consumo, dinamizando la economía y creando riqueza y empleo.

La otra opción es "buscarse la vida", opción que tomamos muchos al ver que enfrentarse a los políticos es toparse contra una enorme pared. Aunque todos en mayor o menor medida hemos protestado por la situación del país e incluso hemos hecho huelga o asistido a manifestaciones, al final sabemos que en la economía hay ciclos (aunque este es demasiado largo) y que tarde o temprano volveremos a una época de bonanza en la que espero que hayamos aprendido todos de los errores del pasado, aunque sea un poquito. Mientras tanto, cada uno intenta conseguir ingresos adicionales a las nóminas muy mejorables que tenemos.

Y es que las repercusiones sociológicas que está teniendo la crisis en la familia son muy evidentes y graves. Pensemos en una pareja con hijos que vive felizmente en su hogar sabiendo que en casa entran dos sueldos aceptables que mantienen a la familia. Pensemos además que se trata de empleos de 7 u 8 horas diarias de lunes a viernes, con jornada continua o partida. ¿Así éramos antes verdad? El resto del día y el fin de semana lo dedicábamos a estar con la familia o con la pareja para salir a hacer visitas, comprar, ir a restaurantes, a la playa, hacer deporte o simplemente a estar en casa viendo la televisión o interactuando en internet.


Hoy el panorama en muchos hogares españoles es diferente. Personas que han visto reducir sus nóminas en varios cientos de euros de golpe, ahora tienen que sacrificar parte de su tiempo libre para conseguir dinero extra. Y la principal víctima es la familia. Conozco muchos casos de parejas en las que el hombre o la mujer están trabajando los fines de semana sirviendo en caterings, arbitrando 2 ó 3 partidos de fútbol cada fin de semana, impartiendo cursos o desarrollando una pequeña tienda virtual en internet esperando obtener los ingresos que les prometen en el curso y las charlas que han recibido. Y esto se traduce en más tiempo de trabajo y menos tiempo para otras cosas.

Pero no sólo se ve afectada la familia, que es quien lo sufre más por la disminución de la comunicación en la pareja y con los hijos por el poco tiempo libre del que disponemos ahora. También lo sufre nuestro cuerpo. Otra de las grandes víctimas de este gran problema son los gimnasios. Los que pagaban la mensualidad pero no iban porque realmente no les apetecía aunque habían conseguido hacer las paces con su conciencia, han encontrado la excusa para darse de baja en el centro con la crisis y el aumento del tiempo a dedicar a seguir trabajando. Y esto conlleva a que se hace menos deporte y nos cuidamos menos. Eso sí, las calles siguen llenas de gente andando, corriendo y montados en bicicleta, pero seguramente les gustaría tener tiempo para hacerlo más frecuentemente (pensemos en que hay muchas personas jubiladas y en desempleo que tienen ese gran hábito de darle movimiento al cuerpo y tiempo para hacerlo).

Uno de los pocos datos positivos de este último año ha sido aumento del número de autónomos en España. ¿Pero a qué se debe? Muchos convendréis conmigo en que en gran parte el motivo es la escasez de trabajo por cuenta ajena que ha llevado a muchos a la desesperación y a aventurarse a iniciar un negocio con más o menos formación y experiencia. Aunque España no es de los países donde más fácil es comenzar una actividad empresarial, lo cierto es que es usual ver nuevos negocios que abren y cierran en cuestión de un par años e incluso meses. Estamos dando palos de ciego por una sencilla razón. En España no hay cultura emprendedora. O al menos, los avances que se han hecho no terminan de dar sus frutos. Esto deriva a gastar muchísimo tiempo y energías en iniciar actividades que nos ilusionan pensando en que nos darán mucho dinero en poco tiempo, pero que realmente no hacemos del todo bien porque no solemos tener esa formación ni la experiencia del fracaso empresarial. Los principales perjudicados: de nuevo la familia y nuestra salud.

Por eso queridos lectores, si realmente queremos emprender una actividad empresarial o dedicar horas extras a trabajar por cuenta ajena de forma puntual, más vale que centremos nuestros esfuerzos en aquello que más nos interesa, es decir, lo que más ingresos nos aporta teniendo en cuenta el tiempo, esfuerzo y desgaste físico y familiar que supone. Mientras no nos centremos, estaremos de flor en flor, intentando “dar el pelotazo” con la próxima idea que se nos venga a la cabeza. Y para ello hace falta lo de siempre: formación y especialización. No pensemos tanto en el corto plaz y asentemos las bases de un negocio duradero en el tiempo.

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