Nos ha pasado muchas veces. De
repente, en el momento y en el lugar menos esperado nos encontramos con alguien
que nos pregunta quiénes somos o a qué se dedica nuestra empresa. Lo cierto es
que siempre nos pillan por sorpresa y tardamos varios segundos en comenzar a
balbucear la respuesta. Esta reacción tardía y poco certera puede ser una mera
anécdota si estamos hablando con un familiar, un vecino, un amigo o con un
amigo de tu amigo. Pero, ¿y si esa persona que te pregunta es un empleador o un
inversor? No tener preparado un elevator
pitch o conversación del ascensor podemos lamentarlo durante toda nuestra
vida.
El elevator pitch
se puede entender como una conversación muy breve, de apenas un par de minutos, que tienes con una persona que te interesa
mucho que te conozca a ti o a tu empresa, y durante la cual tienes que
conseguir que muestre interés en lo que le estás contando y te dé la
oportunidad de tener una segunda cita para explicarle mejor quién eres tú o tu
empresa con el fin de lograr un contrato laboral o invertir en tu negocio.
Hablamos pues de dos tipos claros de elevator pitch: el del demandante de empleo y el del emprendedor.
En el primer caso, la situación se da fundamentalmente en foros y ferias de empleo. En el segundo
caso, hablamos de congresos y jornadas sobre emprendimiento o cualquier
temática relacionada con el mundo de la empresa. No obstante, la realidad es
que suele darse también en cafeterías y restaurantes, eventos deportivos,
celebraciones y fiestas, etc. Nunca se sabe. Y como no podemos controlarlo, por
eso debemos ir siempre preparados.
Centrémonos en el primer caso. Soy demandante de empleo y
voy a una feria donde voy a tener la posibilidad de hablar con empresarios y
profesionales de recursos humanos cuyo objetivo en la feria es captar talento. Voy
a la feria con mi curriculum debajo del brazo y lo único que me preparo es el
momento del saludo y entrega del curriculum a “me da igual” la persona que lo
recoja. Es cierto que en muchas ferias donde nos encontramos stands de empresas
ni siquiera la persona visible pertenece a ella, sino que está contratada. Pero
tenemos que pensar que hay otras muchas en las que nos encontraremos con el
gerente o el responsable de recursos humanos y que puede ser una oportunidad
única de ofrecer nuestros servicios y que se fijen en nosotros como firme
candidato a un puesto determinado dentro de la empresa.
¿Cómo se hace? Aquí tienes los pasos:
1. Haz una
reflexión sobre ti mismo como persona y como profesional, anotando en una
matriz DAFO tus fortalezas y debilidades que son tus puntos fuertes y débiles,
y las oportunidades y amenazas que visualizas que son los factores externos que
pueden afectarte positiva o negativamente.
2. Con este autoanálisis profundo concluido,
debemos hacer una nueva reflexión: qué
quiero hacer en mi vida profesional. Es cierto que cada vez es más difícil
imaginar el puesto de trabajo a largo plazo, pero debemos hacer el esfuerzo de
decidir en qué tipo de actividad económica y empresa queremos trabajar. Si no
tenemos claro este punto, dale la vuelta y piensa en cuáles no quieres
trabajar. Ve desechando y acota el abanico de posibilidades. Nunca se sabe si
es mejor lograr una elevada diferenciación profesional o tener un perfil
polifacético, así que imagínate trabajando en determinadas empresas y en
determinados puestos. En aquellos donde te sientes mejor es hacia donde tenemos
que ir.
3. Lee tu
curriculum e intenta anotar palabras claves a lo largo del recorrido.
Subraya aquellos aspectos que consideres más relevantes.
4. Redacta
tu elevator pitch guiándote por estas
palabras clave que te definen teniendo en cuenta que hay que distinguir cuatro
partes:
a) Saludo: firme y mirando a los ojos, expresando
seguridad y simpatía.
b) Exposición breve de nuestros principales
estudios, trabajos realizados y logros.
c) Llamada a la acción: crear la necesidad en el
empleador de concertar un segundo encuentro para conocernos mejor. Esta
necesidad se crea indicando a la otra persona qué seríamos capaces de mejorar
en su empresa o qué problema solucionaríamos.
d) Despedida: entregar una tarjeta de contacto o
algo donde aparezca nuestro nombre y teléfono, y expresar el deseo de una
segunda cita para ampliar la información.
5. Habla en futuro, no en pasado. El empleador quiere oír qué eres capaz de hacer en su empresa, más que lo que has hecho todos estos años atrás.
6. Potencia tus logros de los que te sientes más orgulloso.
7. Exprésate con seguridad, de forma clara, utiliza un tono enérgico y cuida tu lenguaje corporal.
Volviendo al caso de los emprendedores, el procedimiento es el mismo con una clara diferencia: sustituyamos el curriculum vitae por el resumen ejecutivo de la empresa. En este caso no está en juego un contrato laboral pero sí una importante suma de dinero para invertir en el proyecto que tienes entre manos. No desaproveches la ocasión por no tener preparado una pequeña exposición de tu empresa.
6. Potencia tus logros de los que te sientes más orgulloso.
7. Exprésate con seguridad, de forma clara, utiliza un tono enérgico y cuida tu lenguaje corporal.
Volviendo al caso de los emprendedores, el procedimiento es el mismo con una clara diferencia: sustituyamos el curriculum vitae por el resumen ejecutivo de la empresa. En este caso no está en juego un contrato laboral pero sí una importante suma de dinero para invertir en el proyecto que tienes entre manos. No desaproveches la ocasión por no tener preparado una pequeña exposición de tu empresa.
Por si os sirve de ayuda, os dejo un enlace a un post reciente en el Blog de Unique y un par de vídeos sobre
cómo hay que hacer un elevator pitch.
Espero que os gusten.
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