Lamentablemente, hay millones de
españoles en la actualidad buscando de forma más o menos activa empleo. Una
inmensa mayoría lo hace enviando su curriculum a decenas de empresas, casi sin
selección previa y muchos sin cuidar como deben la apariencia y el formato de su curriculum.
Una gran cantidad de ellos complementan su búsqueda activa con cursos en
temáticas específicas que teóricamente están ahí porque el mercado laboral lo
está demandando. Más o menos, nuestro entorno más cercano sabe que estamos
buscando empleo, aunque seguramente no estamos desarrollando y sacándole jugo a
una buena red de contactos. El resultado en muchos casos suele ser la
desesperación ante la no consecución de un empleo.
Pero pensemos ahora en el
empresario. Tendemos a pensar en esta figura como una persona reacia a gastarse
dinero en personal porque no quiere dejar de obtener buenos beneficios y que
explota a sus trabajadores al máximo aun a sabiendas que necesita ampliar su
plantilla o reducir la carga de trabajo de los que ya trabajan en su
organización. Sin embargo, hay un gran número de pequeños y medianos
empresarios a los que les encantaría poder contratar a más gente, aunque sólo
sea por un acto de satisfacción personal o de responsabilidad social
corporativa. Pero no pueden porque no tienen carga de trabajo, no tienen
recursos económicos o no tienen tiempo para iniciar un proceso selectivo.
Ante este panorama, podemos
imaginarnos lo que hace un empresario cuando le llega un curriculum por correo
electrónico o en papel. En el mejor de los casos lo archivará en su correo o en
una carpeta. Entonces, ¿cómo podemos llamar la atención del empresario y al
mismo tiempo que vea la necesidad de contratarnos? La respuesta es fácil:
1. Elige
bien la empresa en la que te gustaría trabajar.
2. Haz
un estudio profundo de su actividad empresarial investigando en Google y redes
sociales como Linkedin o Twitter, e intenta contactar con personas que ya
trabajan allí para obtener más información.
3. Detecta
necesidades en la empresa en alguna de estas dos direcciones: reducción de gastos
o incremento de los ingresos.
4. Analiza
cómo podrías ayudar a la empresa a conseguir estos objetivos implícitos de
cualquier organización.
5. Diseña
un plan para lograr el objetivo adaptado a tus capacidades. Puede ser en la
generalidad de la empresa (reducción de los gastos de material fungible) o en
algún área específica (reducción de gastos de desplazamiento y dietas del
departamento comercial o desarrollo de un nuevo producto que ya demanda el
mercado).
6. Consigue
una entrevista con el/la gerente de la empresa para presentarle el
plan. Es bueno comunicarle que sólo te hacen falta 10 minutos y que es una
propuesta para mejorar el beneficio de la empresa.
7. Tómate
la entrevista como si presentaras un plan de negocio a un posible inversor.
Viste adecuadamente, cuida tu lenguaje corporal y, sobre todo, expresa tu plan
con claridad y pasión. No olvides explicarle los beneficios que podría obtener
con su incorporación en la plantilla en comparación con los gastos que
supondría tu contratación. Éste es el momento clave ya que debes crear una
necesidad real en el empresario.
8. Haz
una despedida amable y agradece su tiempo. No olvides entregarle una tarjeta de
contacto. Si no la posees, tus datos deben aparecer en algún documento que le
hayas entregado. Antes de salir expresa tu deseo por volver a hablar con esa
persona y ampliar la información o resolver dudas si lo necesita.
En definitiva, se trata de llevar
el procedimiento de un emprendedor cuando presenta su proyecto a inversores,
clientes y proveedores al procedimiento de la búsqueda de empleo por cuenta
ajena.
Por cierto, tus perfiles en redes sociales los tienes ya preparados por si entra este empresario, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario